"Hoy el comercio y los servicios crean tantos o más empleos que las fábricas. Así que, aunque todavía no se enteren los socialistas del siglo XXI, el mundo cambió mucho desde el siglo XIX: de la manufactura a la mentefactura.
Por eso debemos dejar de ser el país de la restricción y comenzar a convertirnos en el país de la innovación. Además, no tiene sentido “proteger” falsas industrias. No preservan empleos para todos, sino bolsillos de algunos. Así no se crean empleos ni ganamos competitividad."
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