Creer que con más y más impuestos se podrá planificar mejor la economía de un país, es algo de lo más risible, tanto como creer que una reducción gradual de los mismos, cuando estos son tantos, vaya a causar efectos positivos significativos. Cuando al ciudadano se le resta el fruto de su esfuerzo, ya sea con altas tasas fiscales o con una cantidad irracional de impuestos «moderados» —como sucede en Argentina—, solo se termina desincentivándolo, reduciendo su interés por el trabajo, el ahorro, la inversión y la producción. Y esto, en cualquier lugar del mundo, es fatal para la economía de un país.
Recordando a Mises, lo que sucede en Argentina no es una «mera» expoliación fiscal; es un conjunto de medidas de expropiación.
Nenhum comentário:
Postar um comentário